miércoles, 30 de mayo de 2012

Crónica Half Challenge Barcelona-Maresme

Empecemos con la crónica del Half Challenge Barcelona-Maresme. Será una crónica "feliz" como pedía en mi última entrada ya que no sufrí ningún contratiempo importante y conseguí un resultado acorde con prácticamente todo lo que dije que esperaba en la previa. En ocasiones como esta hay mucho que contar más allá de la carrera y aunque intentaré ser breve para no aburrir, no me quiero olvidar de las muchas cosas vividas durante todo el fin de semana. Vamos allá.

El sábado por la mañana, después de preparar todo el material la noche antes, nos fuimos bien pronto dirección a Calella mis padres, Nuria y Aleyois, Arancha y yo. Antes de las diez ya estaba en la entrega de dorsales así que nos ahorramos colas y lo pudimos recoger en un momento. A continuación, briefing en la Sala Mozart donde nos dieron todas las explicaciones necesarias para la carrera y al hotel. Una vez allí, preparación del material en las bolsas facilitadas por la organización y sobre las dos de la tarde, vuelta a la zona de salida para hacer el check in de la bicicleta y dejar cada bolsa en su sitio. Hecho esto, sentimiento de alivio importante. Ya estaban todos los trámites hechos y sólo faltaba descansar lo máximo posible y pensar exclusivamente en la carrera. A lo mejor es una tontería y me pasa por novato, pero hasta que no tengo todas estas cosas hechas estoy bastante inquieto, por no decir nervioso. Después de dejarlo todo listo, comida, tarde de relax en el hotel y pasta party. Antes de las diez y media ya estaba en la cama descansando.






El domingo, despertador a las 5:45 de la mañana, desayuno con el estómago cerrado y algo nervioso y rápidamente nos vamos a la salida a terminar de prepararlo todo. Antes de ponerme el neopreno entro un momento en boxes para revisarlo todo por última vez y a ponerme un bidón de Gatorade en la bici por si acaso. Me quedo tranquilo al comprobar que todo está en orden. Se acerca el momento. Falta menos de media hora para la salida así que empezamos a ponerme el neopreno y a visualizar el recorrido de natación. Desde la playa parece interminable... Tenemos suerte del día que hace, no hay ni una ola y todo indica que la natación será relativamente cómoda, algo es algo. Apenas caliento y cuando ya tengo colocado el traje me despido de todos y me voy al cajón desde donde van dando las diferentes salidas. Ahora sí que sí, no hay vuelta atrás.

A las 8:15, tal y como estaba previsto, dan la salida de nuestro grupo de edad (30-34) y nos lanzamos al agua. La noto un poco fría al principio pero eso es lo que menos importa. Me centro en empezar tranquilo, llevar bien la respiración, intentar no tragar agua y no desviarme demasiado de las boyas. Como es lógico, al principio cuesta nadar y encontrar huecos y los primeros metros se hacen incómodos. A los 200 metros, primer giro a la derecha sin problemas. Voy bien pero soy conservador porque esto es largo y no quiero forzar más de la cuenta. Conforme pasan los minutos voy sintiéndome más relajado. He cogido un ritmo cómodo y nado sin demasiado esfuerzo, aunque, eso sí, estoy deseando salir del agua ya! Otros 500 metros más y otro giro, esta vez a la izquierda. Pasamos otro tramo de 150 metros más para volver a girar y encarar la recta más larga del recorrido (750 m). En ese momento tenemos el sol de cara y cuesta un poco más orientarse. A esas alturas cada uno ha buscado su sitio y voy prácticamente solo. Durante la recta me sorprendo al adelantar a algún nadador con el gorro verde (policías y bomberos; con la salida antes que nuestro grupo de edad) aunque también veo a algún gorro azul, que salieron después de nosotros, adelantándome. Al terminar esta recta, ya sólo falta el último giro y encarar los últimos 300 metros lo más rápido posible. En ese momento acelero un poco. Llevo aproximadamente media hora de nado y calculo que cumpliré las expectativas que tenía de terminar alrededor de 35 minutos. No es una maravilla pero me conformo, al menos por ahora. Al salir del agua miro el Garmin, que finalmente me llegó a tiempo, y marca 35 minutos y pico aunque veo que no me ha calculado la distancia, algo he hecho mal con los nervios! Al salir, oigo a toda “mi afición” animando, cosa que agradezco mucho, me voy hacia la zona de transición y ahí pierdo bastante tiempo. Soy consciente que tengo que entrenar esos detalles. El caso es que entre que llego a mi sitio esquivando gente, me quito el neopreno, me seco un poco, y me visto de ciclista pierdo más de 6 minutos.

Empieza el sector bici por las estrechas calles de Calella en dirección a la N-II. Vuelvo a mirar el Garmin y tampoco me está calculando la distancia en bici, así que tomo como referencia el cuentakilómetros. Enseguida cojo un ritmo superior a los 30 km/h aunque tengo la impresión que voy más lento que la mayoría. Algún ciclista adelanto pero mi percepción es que me adelantan más que yo adelanto. De todas formas, no me agobio. Llevo un ritmo acorde con mis posibilidades y mis entrenamientos y no me desespero. En un tramo tranquilo, reinicio el reloj para ver si coge satélites y por fin los carga, aunque ya es tarde. El tramo de la bici ya no me saldrá entero (llevo más de 12 kilómetros recorridos) pero por lo menos lo tendré listo para el tramo a pie, donde más lo necesito. Antes de darme cuenta llego en Mataró y toca girar para volver a Calella y empezar la segunda vuelta. Durante la vuelta a Calella mi cuentakilómetros me llega a marcar una velocidad media de 34,3 km/h. Estoy contento por ello pero como he dicho antes, mi percepción es que me han adelantado muchos ciclistas y que aún hay mucho por mejorar. Voy bebiendo a cada poco y sobre la primera hora me como una barrita. Cuando llego a Calella, justo en la rotonda donde giramos para empezar la segunda vuelta, vuelvo a ver a Arancha, Ale, Nuria y mis padres. Me alegra verles y soy consciente de que se están moviendo mucho para seguirme. La verdad es que es de agradecer. La segunda vuelta, sin demasiadas novedades, sigo hidratándome bien y me como la segunda y última barrita del día. De vez en cuando veo a los jueces avisando a algún ciclista por el tema del drafting, incluso algunos llegan a discutir. Por suerte, yo no tengo ningún aviso. Ya de nuevo en Mataró, último giro y dirección a Calella para terminar el tramo ciclista de casi 90 km en algo menos de 2 horas y 40 minutos. La segunda transición la hago bastante más rápido, apenas 1 minuto y 5 segundos, y por fin llega la hora de la verdad. Toca enfrentarse a los 21 kilómetros corriendo y, aunque me sienta bien y no haya tenido la más mínima molestia en bici, tengo algo de miedo.

Empiezo a correr a un ritmo alto y el primer kilómetro lo paso a 4’10”. En ese momento no sé si por miedo, desconfianza, prudencia o una mezcla de todo, decido bajar el ritmo y rodar más cómodo entorno a los 4’30”/km. Antes de los tres kilómetros me encuentro con Óscar, compañero del Facvac Triatló, que está en plena fase de preparación para el Challenge de Roth. Nos saludamos y sigo adelante. Al contrario que en la bici, noto que corriendo no dejo de adelantar a gente. Voy cómodo y sin sufrir pero noto que poco a poco voy bajando el ritmo. Aún así, me noto bastante mejor que el resto de corredores. A pesar de la lesión y el poco entreno, la carrera a pie sigue siendo mi “punto fuerte”. A los cinco kilómetros, ya en Santa Susanna, giramos y volvemos otra vez a Calella. Empieza a notarse mucho calor pero no tengo ningun molestia en la rodilla. Voy bebiendo agua y mojándome bien la cabeza en cada avituallamiento y en uno hasta me tomo un gel. No me noto el estómago vacío ni siento que necesite gran cosa más. Casi terminando la primera vuelta me llevo otra sorpresa al ver a Pau con la cámara de fotos y animando. He visto a algún Dragon entre los participantes y me imagino que habrá venido a dar su apoyo. El caso es que, a esas alturas de carrera y a falta de todavía algo más de diez kilómetros, cualquier detalle anima. En la zona de meta vuelvo a ver a la afición colocada en diferentes sitios. Más ánimos y la moral alta para encarar la segunda vuelta. Me empiezo a notar cansado y las piernas van como van. Mi ritmo ya ha decaído a alrededor de 4’45”/km y, sinceramente, tengo ganas de terminar. La segunda vuelta se me hará dura aunque intento mantener la cabeza fría y pensar lo menos posible. No dejo de correr en ningún momento, excepto el algún avituallamiento donde aprovecho para beber agua y comer algún trozo de naranja. Al llegar de nuevo a Santa Susanna, empiezo a ser consciente que esto ya está listo. Sólo me faltan los últimos cinco kilómetros para terminar mi segundo Half, qué ilusión! Como he dicho antes, mente en blanco y a intentar correr a un ritmo medio decente para terminar. Ya en Calella, al pasar por una zona con una fuerte pendiente justo antes de entrar en los últimos metros de carrera, se me pone la piel de gallina al ver los aplausos a un paratriatleta en silla de ruedas con problemas para subir la pendiente mientras era empujado por otro corredor. Deporte en estado puro. Impresionante el valor de esta gente que no sólo son capaces de superar una prueba de esta distancia, sino que son capaces de hacerlo con unas limitaciones físicas que, de tenerlas la mayoría de nosotros, ni siquiera nos atreveríamos a intentarlo. En fin, detalles que te hacen reconciliarte con un mundo demasiado a menudo desagradable. Ya estoy, entro en un tramo estrecho con mucho público a ambos lados que me conduce justo a la alfombra roja de llegada a meta. Sólo me quedan los últimos giros. Aumento el ritmo y miro hacia delante, tanto que no veo a Arancha que me quiere chocar la mano a pocos metros de meta. Qué mal me sabe ahora no haberla visto! Finalmente, último esfuerzo y llego a meta muy contento con un tiempo de 5 horas, 3 minutos y 17 segundos. Sin duda, un buen resultado teniendo en cuenta las circunstancias pero creo que exigiéndome un poco más durante toda la competición hubiera podido mejorar. En el próximo ya no habrá excusa para bajar de esa barrera psicológica de las 5 horas...

Al final, siempre según la organización, estos fueron mis resultados:

Rubén Otero Viñals, puesto 456 de 1381 (89º del Grupo de Edad 30-34)
Natación: 35’54” (654º)
T1: 6’45”
Ciclismo: 2h37’41” (641º)
T2: 1’05”
Carrera: 1h41’53” (341º)


Igual que en Berga, hay una gran diferencia entre los sectores de natación y ciclismo respecto a la carrera a pie. Hay que empezar a exigirse un poco más en el agua y en la bicicleta. Estoy convencido que tengo bastante margen de mejora pero habrá que cambiar un poco el chip en los entrenamientos.

Antes de empezar con los agradecimientos, quería decir que la organización del Half fue impecable. Nada que criticar excepto la larga cola que hubo que hacer para retirar las bicis de boxes. Por todo lo demas, organización, recogida de dorsales, briefing, pasta party, avituallamientos, voluntarios, obsequios, cantidad y variedad de comida y bebida a la llegada,... fue genial. Probablemente la mejor que he visto hasta ahora en una carrera.

Ahora vamos con los agradecimientos. En lugar de dejarla para el final, esta vez quiero empezar por Arancha, que al fin y al cabo es la que más sufre todo esto, no sólo el día de carrera siguiéndome con la cámara, sino durante todos los meses de preparación, y que a pesar de poner (a veces) mala cara cuando algunos domingos me levanto a las seis de la mañana para irme en bici hasta la hora de comer, me sigue animando para hacer cosas como esta. Por todo eso y mucho más, MIL GRACIAS!!!  

Como viene siendo habitual, también quiero agradecer especialmente a Aleyois y Nuria, además de la compañía y los ánimos, el hecho de mantener actualizado durante todo el fin de semana mi Twitter y el evitarme de coger el coche durante los dos días. A este paso, dentro de poco sólo me tendré que preocupar de competir, casi como un pro, aunque mis tiempos dejen bastante que desear...

En esta ocasión también quiero agradecer a mis padres el hecho de habernos acompañado durante todo el fin de semana y el apoyo moral y logístico que me prestaron y a mi hermano por preocuparse a lo largo de la mañana de como iba la carrera. En momentos así, cualquier cosa se agradece y mucho.

Como siempre, otro gran agradecimiento al presi Joan Carles por el apoyo y el seguimiento de mis entrenos y los problemas físicos que he arrastrado durante tanto tiempo. Igualmente, gracias a mi entrenador Jordi por prepararme unos entrenamientos acorde con mi estado de forma y no forzar demasiado la máquina en unos meses bastante fastidiados para mí. Parece que por fin veo la luz!!!

Y en cuanto al resto de personas a las que quiero dar las gracias, a lo mejor se me olvidan algunas pero así, a bote pronto, y aunque sea por una foto, un mensaje de ánimo o un simple "me gusta" en facebook, quiero acordarme de Sara, Óscar, Suso, Pau, Eric, Edu,... y de todos aquell@s que en algún momento me muestran su apoyo de una u otra manera.

Ahora sí, para terminar (creo que me he pasado un poco) y a falta de las fotos oficiales de la organización, dejo unas cuantas fotos que resumen un día en el que te sientes y te hacen sentir especial. Ahí van:


















sábado, 26 de mayo de 2012

Road To Calella. Semana 13/13

La suerte está echada. Se acabaron los entrenamientos y ya sólo falta plasmarlos en la carrera de mañana. Esta semana, lógicamente, ha sido bastante suave aunque, personalmente, yo hubiera entrenado aún menos. Estos días, ya sea por la sensación de cansancio acumulado que tengo o porque estoy algo intranquilo pensando más de la cuenta en la carrera y sus preparativos, me han faltado un poco las ganas de entrenar. La verdad es que estoy deseando que llegue el domingo para participar en este Half pero también es cierto que tengo unas ganas muy, muy grandes de descansar unos días, desconectar un poco de todo esto (y de paso a ver si recupero del todo la rodilla) y entrenar como y cuando me apetezca, aunque sólo sean un par o tres de semanas y luego ya decidiré hacia donde tiro.

Pues eso, semana suave con poco más de 4 horas de entrenamiento repartidas así:

Lunes.- 20’36” de rodaje a pie para 4,44 km a un ritmo de 4’39”/km + 15’ de abdominales, lumbares y estiramientos + 1.000 m de natación muy suave en 21’09”.

Martes.- 45’05” de bicicleta estática (17,11 km) incluyendo cambios de ritmo + 25’13” de carrera a pie para 5,77 km a un buen ritmo de 4’22”/km. Buenas sensaciones en general.

Miércoles.- 20’11” de rodaje suave para calentar + 6 series de 400 m (a ritmos de 3’40”, 3’34”, 3’35”, 3’24”, 3’29” y la última a 3’14”) recuperando 1’30” + 3’13” de enfriamiento. En total, 7,60 km terminando bastante contento.

Jueves.- Paseo en bici de 47’33” para hacer 21,40 km (velocidad media de 27,0 km/h) + 20’ de trote muy suave con Arancha (3,21 km) + 10’ de natación en el mar con el neopreno (500 m).

Viernes y Sábado.- Descanso y viaje a Calella.

Domingo.- Esperemos que todo salga bien y pueda disfrutar de cada momento vivido, no ya sólo de la carrera, sino del ambiente previo, de la compañía y de todas esas sensaciones que en momentos así te hacen sentir bien. Supongo que durante la carrera, de una forma o de otra iremos colgando los tiempos (orientativos) y alguna foto en mi Twitter y Facebook. Y, para la semana que viene, espero poder escribir una crónica feliz y enseñaros todas las fotos del Half Challenge Barcelona-Maresme.

viernes, 25 de mayo de 2012

Half Challenge Barcelona-Maresme (La Previa)

Como prometí en una de mis anteriores entradas, a menos de 48 horas para el Half voy a hacer una especie de previa hablando un poco de como me siento y del papel que espero hacer en la competición del domingo en Calella.

En primer lugar y en vista de los problemas físicos que llevo arrastrando desde hace ya muchos, demasiados diría yo, meses y que me han impedido entrenar como me hubiera gustado, sobre todo en cuanto a tranquilidad y confianza, sé que no llego en unas condiciones inmejorables. A pesar de ello, tengo confianza en mí mismo y me siento bien. Creo que poco a poco voy recuperando la seguridad y, para que nos vamos a engañar, el que vaya siguiendo el Blog y mis entrenamientos verá que en estos últimos meses no he estado descansando precisamente. Una cosa es que me hubiera gustado llegar en unas mejores condiciones y haber podido entrenar sin el freno echado y otra muy diferente es que llegue mal preparado. Por todo ello, estoy animado y convencido de que aunque no será mi mejor carrera, me irá bien y la disfrutaré sufriendo sólo lo justo.

Sobre el tiempo que espero hacer... Es una incógnita. Llevo unos días haciendo cuentas y bueno, todo lo que sea bajar de cinco horas será una sorpresa (por inesperada) y todo lo que sea superar las cinco horas y media será una “decepción”. Lo pongo entre comillas porque sólo será una decepción a medias. Después de los problemas y las dudas sobre mi rodilla, poder correr este Half lo considero un regalo, así que depende de como se mire, tan solo terminándolo en buenas condiciones y sin dolor ya será motivo de felicidad y tendré derecho a tomármelo como una victoria.

Pero bueno, ya que he empezado hablando de resultados, me voy a mojar. La natación creo que sigue sin ser mi punto fuerte y teniendo como referencia los 32’ que tardé en Berga (algo que entrenando nunca lo he hecho) y sobre los 38’ que suelo hacer en los entrenamientos, digamos que con un tiempo de 35’ me conformo. Espero no hacer demasiados metros de más, ni desviarme mucho, algo importante en la natación en el mar. No las tengo todas conmigo pero lo más importante en este tramo es ponerse el neopreno correctamente (parece una tontería pero no lo es) y empezar nadando tranquilo evitando golpes, mala respiración, nervios, etc. La bici es, probablemente, la parte que mejor llevo si tenemos en cuenta los casi 3.500 km de este año. Es un recorrido sin apenas desnivel (no me lo conozco en absoluto) y aunque prefiera que haya desniveles, lo tendré que aprovechar para intentar sacar una buena velocidad media. En este sector, todo lo que sea terminar por debajo de los 30 km/h será una gran decepción, en mayúsculas y sin excusas que valgan. Si todo va bien, espero liquidar la bici en menos de tres horas. Y corriendo, hasta ahora mi “punto fuerte”, veremos qué pasa. Confío en terminar la bici sin molestias y bastante fresco para encarar la media maratón. También es un recorrido bastante plano y espero terminarlo entre 1h35’ y 1’40’. En este punto tengo en contra que durante este año, la tirada más larga que he hecho a pie no ha llegado a los 14 kilómetros, así que veremos como responde el cuerpo con el transcurso del tiempo. Soy optimista (pensemos que “el volúmen está sobrevalorado”) y últimamente he conseguido correr bastante ligero a ritmos entorno a los 4’30”/km sin prácticamente esfuerzo, pero en la mayoría de casos han sido distancias relativamente cortas. A todo esto hay que sumarle el tiempo que pierda en las transiciones (la primera seguro que será más larga que la segunda) y a partir de aquí todo son suposiciones que pueden variar sobre la marcha. En fin, la ilusión está en bajar de cinco horas pero sin ningún tipo de presión u obsesión y siendo consciente de que, aunque sean por circunstancias ajenas a mí, ni estoy en condiciones ni tal vez ni me lo merezca.  Me quedo con la idea de que sólo poder vivirlo y participar ya es un premio.

En cuanto a la preparación del material, el miércoles cambié las cubiertas de la bici y le puse unas S-Works Turbo negras y rojas. Además la limpié en profundidad (la de suciedad que puede llegar a coger...) y la dejé como nueva. Esta es la prueba:


Ayer, además, aproveché para ir con Arancha a la playa y ponerme el neopreno un momento para recordar que era eso. Sólo estuve unos diez minutos para ver como me sentía. En general, bastante bien aunque tengo que tener mucho cuidado con los roces en el cuello.


En cuanto al resto de la equipación, lo tengo todo bastante claro. Salvo cambio de última hora correré con las Noosa (aún por decidir si lo hago con o sin las plantillas) y en lugar del mono de una pieza que usaba hasta ahora llevaré dos piezas. El mayor inconveniente (por no decir putada) en cuanto a la equipación es lo del reloj. Hace ya más de dos semanas se me estropeó un botón del Garmin 910XT, lo llevé al Wala y, supuestamente, aún están esperando una respuesta de Garmin. Me extraña un poco porque el servicio técnico de Garmin suele ser bastante rápido en estas cosas, pero la realidad es que a día de hoy no me han dicho nada y ya no confío en disponer de él para el domingo. Habrá que apañarse con un reloj sumergible del Decathlon para nadar, el cuentakilómetros de la bici y el Forerunner 405 para la carrera a pie. Lo malo de eso es que no tendré nada que me indique el tiempo total que llevo, pero es lo que toca. Cruzaré los dedos y esperaré un milagro de última hora...

Para terminar, un video para motivarse un poquito más todavía...

jueves, 24 de mayo de 2012

El volúmen está sobrevalorado

Hoy os dejo un artículo que me pareció muy interesante cuando lo leí. El autor es Jaime Menéndez de Luarca (triatleta de renombre, echarle un vistazo a su blog) y hace referencia a los volúmenes de entrenamiento tanto para triatletas profesionales como aficionados. Me llamó la atención porque en mi caso (justo unos días antes del Half de Calella) llego justito de kilómetros a pie y eso quizás hasta pueda llegar a ser beneficioso para mí. A lo mejor luego noto mucho esa falta de kilómetros pero leer esto supone cierta inyección de moral, y a estas alturas toda ayuda es bien recibida. Ahí va:

"Los que crecimos en el triatlón leyendo las míticas semanas de entrenamiento de 40 horas del grupo de los Big Four (Scott Molina, Mark Allen, Dave Scott y Scott Tinley) nos imbuimos en la creencia de que es necesario meter grandes kilometradas semana tras semana para conseguir el mejor resultado posible.

Si a esto le sumamos la teoría de las 10.000 horas de Gladwell en su libro Outliers, que dice que esa cantidad de práctica es necesaria para ser un maestro en algo, y le añadimos que la mayoría de los grandes deportistas entrenan muchísimas horas (no siempre el éxito y el volumen tienen una relación de causalidad) tenemos el caldo de cultivo perfecto para que la religión del “machaquismo” se convierta en dogma.


Pauli Kiuru revolucionó esas creencias pasando a hacer semanas de 25 horas de alta intensidad siempre guiado por el pulsómetro, dando la sensación de que 25 horas eran “pocas”.

Exceptuando las horas de entrenamiento “invisible” (masajes, estiramientos, alguna siesta furtiva…) un profesional que dedique 25 horas al entrenamiento rondará (con las lógicas y necesarias variaciones entre individuos y necesidades de la temporada) los 20.000 metros de agua, 400 kilómetros de bici y y 90 kms de carrera, y un aficionado que entrene 15 horas semanales hará 10.000-250-40.  Por encima de ese volumen dudo mucho que se este logrando ninguna adaptación que no sea perdida de peso y sí estaremos quemando a nuestro deportista. Los más duros aguantaran sin lesiones, pero antes o después casi todos terminaran aflojando; si no se lo pide el cuerpo se lo pedirá la mente.

Sin embargo, en el deporte de resistencia, lo que nos hace mejorar es la asimilación de las cargas duras, y esta asimilación se ve muy dificultada si consideramos que un rodaje de 4 horas suave en bici o salir a correr 1h10 tranquilos después de un día de series son entrenamientos “REGENERATIVOS”.  El concepto de equilibrio entre sacrificio y descanso no suele ser bien entendido por parte de ningún colectivo de deportistas de largo aliento, y en muchas ocasiones preferimos salir a rodar con dolores y malas sensaciones a unos ritmos que no suponen apenas desarrollo de nuestras cualidades a quedarnos en casa descansado.

Evidentemente, en deportes como el triatlón, el desarrollo de las capacidades aerobicas es vital, y no se comprende que esto no ocurra sin un volumen mínimo de entrenamiento, pero tanto profesionales como aficionados tienden a machacarse en exceso; Algunos de los primeros se fustigan con semanas de más de 25 horas combinadas con alta intensidad, y los segundos no comprenden en ocasiones que los compromisos familiares y profesionales conllevan un desgaste que hace que superar las 15 horas ocasione un alto estres motivacional y físico para el organismo.

No llegar en forma a un triatlón es casi imposible: El entrenamiento cruzado hace maravillas en los aficionados, y los profesionales entrenan tan duramente que lo mejor que les puede pasar en ocasiones es cogerse un resfriado 6 semanas antes de la competición para evitar llegar pasados de rosca. Sin embargo, muchos entrenadores aún creen que es aceptable que por “SACRIFICIO” un triatleta se pase de rosca, pero es inaceptable que este se quede al 95%.

La continuidad de una temporada de 45-50 semanas anuales sin lesiones y con sus correspondientes ciclos de carga y descanso (y no solo a nivel físico, sino también mental) es la clave para alcanzar nuestras mejores marcas, y si una semana “sólo” hemos corrido 15 kilometros, y estos han sido a un nivel bueno que nos indica que nos estamos moviendo a las velocidades que demandamos a nuestras exigencias, pero hemos metido otras horas de volúmen nadando y en bici, no deberiamos sorprendernos de llegar a la siguiente competición y ver qué estamos corriendo bien.

Aprended a diferenciar entre pereza y cansancio, y discernid cuando es mejor saltarse un entrenamiento que obligarse a hacerlo."

lunes, 21 de mayo de 2012

Road To Calella: Semana 12/13

Entramos en la semana de la carrera dejando atrás unos días con varios altibajos que por suerte se han ido solucionando poco a poco. Para empezar, el lunes pasado, con un poco de miedo por lo que me pudieran decir, acudí al traumatólogo para ver los resultados de la radiografía y de la resonancia. Según éstos, todo bien. No hay problemas con el cartílago y las molestias (aunque prefiero llamarlas sensaciones extrañas) que tengo pueden deberse a una "bursitis pre e infrarotuliana". En cierto modo me quedé aliviado pero por otra parte sigo con dudas. Lo de la bursitis no me preocupa demasiado aunque habrá que tenerlo en cuenta pero, ¿y la supuesta condropatía rotuliana? ¿se ha solucionado? No sé, quizá con la medicación que tomé durante dos meses y al ser algo "en estado precoz" como ponía en los anteriores resultados la cosa se solucionara bien pero desconfío un poco de las valoraciones tan subjetivas que pueden hacer los médicos de unas imágenes.

El martes tenía hora con Enric, el fisio que lleva a mucha gente del club, le comenté todo el tema, me hizo varias pruebas en la rótula (no noté dolor en ninguna) y tampoco notó nada fuera de lo normal en el cartílago. Buena señal. Es curioso, pero cuando me diagnosticaron lo de la condropatía y no notaba que tuviera sus síntomas, intenté autoconvencerme que seguramente sería otra cosa lo que me pasaba y ahora, que supuestamente todo viene por otro sitio, parece que no me lo termine de creer... ¿Seré hipocondríaco? Quizás todo esto sean cosas mías pero al llevar tanto tiempo arrastrándolo tengo un poco comida la moral y acaba afectando...

Pero todo lo "malo" no acaba aquí. Esa misma tarde, después de las pruebas en la rodilla y del masaje de descarga, fui a entrenar y, de nuevo, malas noticias. Al coger la bici noté que no me podía sentar del dolor. No sé si del sudor o simplemente de pasar últimamente tantas horas sobre la bici, tengo un bulto justo en la zona del hueso que está en contacto con el sillín cuando te sientas. Suerte que aquel día sólo tenía que rodar unos 45 minutos y los hice como pude yendo casi todo el rato de pie pero... Lo peor son las sensaciones que te quedan y los nervios que te entran al pensar que queda poco más de una semana para la carrera y te pasan estas cosas. Al día siguiente, de cabeza a la farmacia para que me aconsejaran algo y me dieron Positon, que, dicho sea de paso, me ha ido bastante bien.

Por suerte, este fue el último contratiempo de una semana que acabó bastante bien en cuanto a horas de entreno y sensaciones. En total, algo menos de once horas y cuarto para cinco sesiones de carrera a pie, tres de bici, dos de natación y una de gimnasio repartidas así:

Lunes.- 23'34" de rodaje a pie por Tarragona para 5,16 km con un ritmo medio de 4'34"/km. Después, 15' de abdominales, lumbares y estiramientos.

Martes.- 49'35" de bici (con problemas) para 23,67 km (28,6 km/h de media) + 46'16" de carrera a pie para 9,61 km (ritmo medio de 4'49"/km).

Miércoles.- 48'40" de rodaje a pie para 10,69 km a un ritmo medio de 4'33"/km. Después, 60' de gimnasio trabajando un poco de todo y para terminar 1.500 m de natación suave en 31'04".

Jueves.- 41'05" de rodaje a pie para 9,01 km a un ritmo medio de 4'33"/km. Hice el entreno con las Noosa y ya tengo prácticamente decidido correr la media maratón del Half con ellas.

Viernes.- Descanso.

Sábado.- Por la mañana, 1h25'49" de bici para 42,77 km (velocidad media de 29,9 km/h). Después de la bici, tenía intención de nadar en el mar un rato para recordar lo que es llevar neopreno (sigo sin habérmelo puesto ni una vez desde septiembre), pero hacía muy mal día para meterse. Por la tarde, sesión de agua: 400 m de calentamiento + 5x100 m tabla y aletas + 10x100 m manoplas y pull + 300 m de enfriamiento. En total, 2.200 m en 41'38".  

Domingo.- 3h30'22" de bici (con subida a l'Albiol incluida) para 97,82 km (velocidad media de 27,9 km/h) + 18'46" de rodaje a pie para 4,09 km (ritmo medio de 4'35"/km).

Pues esto es lo que ha dado de sí esta semana. A falta de seis días para el Half Challenge ya sólo queda la puesta a punto. Últimos entrenos suaves, descansar mucho, dormir todo lo que se pueda, comer bien (hasta el jueves descarga de hidratos), preparar todo el material, y pensar en dos cosas muy importantes: disfrutar de la carrera y visualizar la llegada a meta. Antes de la carrera, espero hacer una entrada con mis sensaciones de última hora, estrategia, objetivo,...


martes, 15 de mayo de 2012

Asics Gel-Noosa Tri 7


Después de una larga espera, el viernes, por fin, me llegaron a casa las Asics Gel-Noosa Tri 7. Me ha costado mucho conseguirlas porque al parecer es complicado encontrarlas en una talla 40 (esa talla no está disponible ni en Amazon, ni en Wiggle, ni en 21run, ni en Decathlon, etc.). El caso es que la cosa tampoco pintaba bien en la tienda donde las encargué a mediados de febrero (con la esperanza de tenerlas a mediados de marzo) y hubo que seguir buscando hasta que descubrimos que en El Corte Inglés sí que tenían la talla. Al final, un poco más caras de lo normal pero con un servicio muy bueno, ya están aquí.

De momento sólo las he usado un par de ratos pero las sensaciones son buenas. El domingo, después de casi 142 km de bici las estrené para rodar unos 20' y las sentí muy cómodas en cuanto amortiguación aunque me apretaban un poco. Ayer, otro rodaje de 25' en el que las sentí un poco mejor. Son más ligeras que todas las zapatillas que he usado hasta ahora y parece que no se ha sacrificado demasiado la amortiguación para conseguirlo.

Ahora surge la duda de si usarlas o no en Calella para correr los 21 kilómetros del tramo final. La otra opción son las Asics GT-2170. Aún tengo unos días para pensarlo, usarlas en rodajes un poco más largos y terminar de decidirme, aunque si alguien quiere aportar algún comentario, sugerencia o experiencia relacionada con las zapatillas será bienvenido.

lunes, 14 de mayo de 2012

Road To Calella: Semana 11/13

Llegados a esta fecha, ya se puede decir que casi todo el trabajo está hecho. A menos de dos semanas para el gran día supongo que me queda poco margen de mejora, así que lo que no tenga ahora, difícilmente lo tendré el 27 de mayo. Esta última semana ha sido una de las que más horas le he dedicado y termino con casi 14 horas y media repartidas en dos sesiones de natación, cinco (mejor dicho 4 y un ratito) sesiones a pie y cuatro en bici, además de un par de ratos en el gimnasio. Para la estadística, decir que desde el pasado 1 de enero ya he superado los 100 km nadando y los 3.000 en bici, un buen dato que queda algo empañado por los menos de 300 km que llevo corriendo. Una lástima pero que le vamos a hacer, no se puede tener todo...

En cuanto al peso, casi se puede decir que sigo como el primer día. Durante la semana pasada hubo un par de días que estaba por debajo de los 68 kg pero esta mañana volvía a estar en 68,8 kg. Eso sí, últimamente no tengo esa sensación de pesadez.

Hoy me toca visita el traumatólogo para conocer el resultado de la radiografía y de la resonancia magnética y estoy algo nervioso. La rodilla sigue sin estar bien del todo pero aguanta los entrenos y no empeora. Sigo sin dolor pero con una sensación extraña que no desaparece y que me preocupa. Veremos que me dicen hoy, especialmente sobre el cartílago y la posible condropatía rotuliana, que es lo que más miedo me da.

Por el contrario, el dolor de cadera que tenía ha desaparecido curiosamente la semana en que más he corrido. El lunes acabé con molestias después de correr pero a medida que fue pasando la semana (y cuantos más kilómetros corría) fue a menos hasta desaparecer. Todo muy extraño pero que dure.

Este es el resumen de la 11ª semana de entrenos:

Lunes.- 40’44” de rodaje a pie suave para 8,62 km (ritmo medio de 4’44”/km). Después, 30’ de gimnasio con series de abdominales y lumbares y mucho estiramiento. Para terminar, 2.100 m de natación en 40’55”. 

Martes.- 58’49” de bicicleta para 29,33 km (29,9 km/h de media) seguido de 55’18” de carrera a pie por montaña para 11,23 km (ritmo medio de 4’56”/km).

Miércoles.- Ese día tocaban series pero para no forzar y teniendo en cuenta que no he hecho ni una serie de velocidad en toda la preparación (hasta las echo de menos), hice 60’ de elíptica, 7’ de carrera en cinta y 15’ de gimnasio (cuadriceps, isquios y gemelos). 

Jueves.- 1h32’06” de bici para 46,82 km (30,5 km/h de media) y 25’58” de carrera a pie para 5,53 km (ritmo medio de 4’42”/km) también por caminos de montaña.

Viernes.- Descanso.

Sábado.- 1h28’21” de bici para 44,97 km (30,5 km/h de media) por la mañana y 2.200 m de natación (400 m calentamiento + 5x100 pies con aletas + 10x100 manoplas y pull + 300 m enfriamiento) en 41’42” por la tarde.

Domingo.- 4h40’39” de bici para 141,70 km (30,3 km/h de media) seguido de un rodaje a pie de 20’17” para 4,53 km (ritmo medio de 4’29”/km). Hay que decir que en bicicleta nunca había hecho tantos kilómetros y que elegí un recorrido en principio plano (como el del Half) aunque me encontré más desnivel del deseado por la N-340 dirección Castellón (me quedé a unos 6 km de la Ampolla). Corriendo, sorpresa! Un par de kilómetros suaves casi a 5’/km pero los dos y pico siguientes a 4’ pelados y con unas sensaciones buenísimas. No sé lo que me hubieran aguantado las piernas a ese ritmo después de la bici pero fui muy cómodo.

En fin, esto es lo que han dado de sí estos últimos siete días. En esta semana que empieza hoy el volumen empezará a bajar y la semana que viene tocará descansar más que ninguna otra cosa. Mañana fisio para ver como tengo de machacados los músculos y descargarlos un poco.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Video La Riba - Montserrat en BTT

Hoy dejo el video de la excursión en btt que hicimos el domingo día 1 de abril desde La Riba a Montserrat. Un recorrido exigente pero muy entretenido que nos llevó todo el día. Ahí va:


Más cosas. Buenas noticias en cuanto al control del peso. Hoy la báscula ya marcaba 67,8 kg. Esta semana supongo que es la última de mucho volumen de cara al half, así que la aprovecharé para intentar afinar un poco más e intentar mantenerme en las dos restantes. 

Por otra parte, el lunes que viene me toca traumatólogo (veré los resultados y la opinión de la segunda resonancia) y el martes fisio para descargarme un poco y ver que opinión tiene de mi rodilla. Cuantas más opiniones tenga, mejor.

martes, 8 de mayo de 2012

Crónica Orbea Monegros 29er (Maratón de los Monegros)

Vamos con la crónica del Maratón de los Monegros. Supongo que será larga porque hay mucho que contar así que tendréis que tener paciencia, y ganas. 

El sábado, como un día normal de trabajo, me levanté a las 6.30. La noche antes lo dejé todo preparado así que fue cuestión de desayunar (un zumo de naranja, un plátano y dos yogures con muesli) e irme a La Riba donde había quedado con Óscar y el resto del grupo: Jaume, Marc, Andreu y Sergi (los dos últimos iban a hacer la media maratón). Cargamos las bicis en un solo remolque y nos fuimos con dos coches dirección Sariñena. Por el camino, parada para comer algo (un bocadillo pequeño de tortilla de patata) y de ahí hasta nuestro destino.

Al llegar, muchísimo ambiente. Yo no quería ni imaginarme como sería eso con casi 6.000 bicis, pero enseguida me pude empezar a hacer una idea. Tardamos un buen rato (más de media hora) en recoger el dorsal y entre unas cosas y otras eran más de las 12 y aún no habíamos comido. Total, después de las largas colas y la recogida del dorsal, rápido otra vez para el coche a comer. Yo me había preparado una ensalada de pasta de espelta, queso, jamón, atún, tomate, pipas y nueces. Estaba buenísima. A veces pienso que sólo por comer cosas así sin demasiadas preocupaciones vale la pena hacer tanto ejercicio... Qué buena estaba! De postre me comí otro plátano.

Después de comer sólo faltaba cambiarse de ropa, ponerse la ropa de faena y sobre las 13.10, a falta de aún veinte minutos para el comienzo, nos fuimos a colocar a la línea de salida, aunque eso era mucho esperar. A esa hora ya estaba todo colapsado. Increíble toda la gente que teníamos delante. En ese momento me desmotivé un poco. Sólo de pensar en la cantidad de bicis que teníamos delante... Y no es que yo quisiera salir a muerte pero me apetecía tomarme la carrera bastante en serio de cara a Calella. El caso es que cuando dan la salida, ni nos enteramos. Al cabo de los minutos nos empezamos a mover pero caminando. Pasamos por el arco de salida con algo más de nueve minutos de carrera y seguimos sin poder montar en la bici. Al cabo de pocos metros por fin nos podemos subir pero todo es un espejismo. No llevamos ni 500 metros (aún no hemos salido de Sariñena) cuando encontramos un tapón enorme. Vuelta a bajar de la bici y a caminar unos metros. Primer kilómetro en casi siete minutos... Vamos bien! En este punto y sin ánimo de criticar a la organización, creo que deberían haber cambios. No sé, limitar plazas, poner cajones de salida en función del tiempo que cada uno tenga previsto hacer, dar varias salidas más espaciadas en el tiempo,... Lo que sea, pero hace falta algo porque depende de donde te coloques en la salida te condiciona mucho durante el resto de carrera.

Después del primer parón rodamos un par de kilómetros seguidos pero la alegría vuelve a durar poco. La gente va parando en cada charco que se encuentra en el camino, haya mucho o poco barro, en cada pequeña rampa... También hay gente que no para y si se tiene que llevar por delante a alguien lo hace, como si le fuera la vida en ello. Y en este punto, sólo quiero decir que tan mal me parece una cosa como la otra. Está claro que la gran mayoría de personas que vamos a estas carreras no vivimos de ello ni pretendemos ganar. Pero a mí tampoco me gusta ir de paseo. Esto no deja de ser una competición donde se supone que cada uno va a dar lo mejor de sí mismo y le sirve para conocerse un poco más. Personalmente, entreno bastante para poder tomarme una carrera así un poco en serio. Respeto a los demás pero los demás también han de respetar a los que, sin intención de ganar nada, disfrutan entrenando y dando lo mejor de sí mismos en una competición como esta. Para salir a pasar el día rodando con la bici y los amigos no hace falta apuntarse a ninguna carrera, se puede hacer en cualquier momento. Sin ir más lejos, la salida que hicimos hasta Montserrat el mes pasado consistía en eso. En ir tranquilamente en grupo a pasar el día y a disfrutar. No sé, supongo que me estoy desahogando a través de aquí porque hubo cosas que no me gustaron y por momentos me hicieron estar un poco enfadado con el mundo, y eso que a mi nadie me dijo nada y yo en ningún momento me la jugué ni puse en peligro a nadie. Para acabar con esto, que conste que no critico a la gente que simplemente va a pasárselo bien. Todo el mundo tiene el mismo derecho a inscribirse y a participar en eventos así, pero si cada uno fuera consciente de a lo que va y en función de eso se colocara en la salida, seguramente todo sería más fluido y cada uno podría hacer su carrera.

Siguiendo con la crónica, los kilómetros van pasando. Óscar y yo vamos algún rato juntos hablando y reconozco que voy un poco agobiado. No estoy disfrutando nada y desde luego no esperaba encontrarme una carrera así. Por suerte, a partir del kilómetro 20, después de la primera subida importante, la cosa empieza a cambiar. El grupo de ciclistas se va estirando un poco y se ven los primeros huecos para adelantar sin problemas. A partir de aquí empieza para mi una nueva carrera de 100 kilómetros. Puedo aumentar el ritmo y empezar a rodar a una velocidad más o menos constante. Por fin empiezo a disfrutar.

Llego al primer avituallamiento y veo a mucha gente parada. Llevo en mi mochila un litro de Gatorade y en el bidón unos 700 ml más además de cuatro barritas y un par de geles más por si acaso, así que decido que no pararé en ninguno mientras tenga provisiones. Eso me sirve para adelantar a todos los ciclistas que están parados allí. En este punto, otra queja (lo siento, a lo mejor parezco un poco cascarrabias pero insisto en que hubo cosas que no me gustaron nada). Me pregunto ¿por qué la mayoría de gente que paraba en los avituallamientos dejaba su bici en mitad del camino? ¿Acaso era obligatorio parar? Pues nada, si uno no quería parar casi tenía que hacerlo obligado para no llevarse a nadie por delante. En fin, un desastre...

Pasada la primera hora y media de carrera me tomo mi primera barrita. Llevo unos 30 kilómetros y la cosa empieza a ir mejor. El día de momento acompaña, no hace calor y a pesar de estar tragando mucho polvo (con eso sí que contaba) la tarde acompaña. El camino, hasta casi el kilómetro 50, empieza a hacer bajada y el ritmo aumenta. Las bajadas no son técnicas y se puede correr bien, lo único especial es que se levanta mucho polvo y hay momentos en los que no se ve el suelo. A partir del kilómetro 52 empezamos otra subida constante hasta pasados los 68 kilómetros. No es durísima pero mucha gente afloja, algunos incluso paran. Yo me siento bien. No me duele la rodilla y noto que no dejo de adelantar a gente. Buena señal. Ahora sí siento que estoy haciendo la carrera que quería y me voy animando. Voy bebiendo cada poco rato y sobre las tres horas, coincidiendo con el final de la subida, decido comerme la segunda barrita. A continuación, bajada de casi diez kilómetros en los que aprovecho para descansar un poco. Sin darme apenas cuenta, sobre las 3 horas y media de carrera me planto en el kilómetro 80. Por delante cuarenta kilómetros más con continuos toboganes pero sin grandes desniveles. Las piernas empiezan a notar esos cambios de ritmo y siento un par de amagos de tirones, uno en cada pierna. Es curioso porque nunca había sentido esa sensación en la bici. Supongo que es señal que durante los últimos kilómetros estaba tomándome la competición muy en serio.

Antes de los 100 kilómetros me tomo la tercera y última barrita. La bebida de la mochila ya hace rato que me la he terminado y la botella está casi vacía. Llego al último avituallamiento y decido parar por primera vez. No tardo nada. Me tomo una botella de agua y una bebida con sales minerales tipo Aquarius y sigo. En teoría me faltan sólo unos veinte kilómetros. Ya casi lo tengo hecho.

Los kilómetros que quedan son bastante llanos y se puede llevar un buen ritmo. Sólo queda aguantar hasta el final lo mejor que pueda. Estoy cansado y deseando terminar. Por el tiempo que llevo calculo que llegaré sobre las 5h20’ pero de momento prefiero dejar los cálculos. Me centro en terminar cuanto antes y al poco rato, por un camino ya con menos polvo, se empieza a ver Sariñena. Adelanto a varios ciclistas de la media maratón y, una vez dentro del pueblo, sé que el final está cerca. Finalmente, paso por el arco de meta con el crono marcando 5h19’28” y un tiempo real de 5h10’04” (resultados) después de 115,24 km de carrera según mi Garmin. En la clasificación estoy en el puesto 1011 de 3956 (519 de mi categoría) aunque son resultados tomados desde la salida, no desde el paso por la alfombra, así que, mirándola un poco por encima, hay gente con peor tiempo real que el mío hasta 200 puestos por encima.

Al terminar, antes de nada fui a reponer fuerzas. Me tomé un par de botellas agua y bebida isotónica, comí varios trozos de plátano, sandía y tarta de manzana y me fui a limpiar la bici aprovechando que aún no había mucha gente. Después, me senté a esperar a los que faltaban. Jaume llegó poco después, justo cuando empezaban a caer cuatro gotas. Estuvimos esperando un buen rato y hasta nos comimos un plato de fideua. Luego nos encontramos con Andreu y Sergi que ya habían terminado su carrera. Pasadas las siete horas llegaron Marc y Óscar empapados y embarrados hasta arriba diciendo que a falta de veinte kilómetros les cayó una tromba de agua que les obligó a parar y a ir caminando un rato porque las ruedas de la bici no giraban del barro que había. Y yo que me quejaba del polvo... De la que me libré!

Después de limpiarnos y cambiarnos un poco (imposible ducharse con tanta gente y tan pocas duchas), vuelta al coche y para casa. Sobre la una y media de la madrugada por fin llegué a casa y me di la ducha más deseada de mi vida.

Hoy, viendo las cosas con otra perspectiva, creo que a pesar de los veinte primeros kilómetros donde fui incómodo y hasta un poco enfadado, en general disfruté y me llevo una aventura más que recordar. Además, el grupo que fuimos nos divertimos bastante durante todo el día y, en definitiva, creo que valió la pena el esfuerzo realizado para vivir la experiencia.

Dejo unas cuantas fotos hechas a lo largo del día y, como siempre, los datos del Garmin.

En La Riba cargando las bicis


Qué limpios!
Salida después de 10 minutos
Así llegué...
Mi bici después de la batalla. Sucia o limpia, según se mire

Tiempo final
Haciendo tiempo
Y yo que me quejaba de que me había llenado de polvo (y de que mis piernas y mi bici estaban sucias...)
Andreu, Sergi, Óscar, yo (con un poco de polvo en la cara...), Marc y Jaume
Con dedicatoria incluida
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